Haga el lector un ejercicio de memoria. Recuerde las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Cualquiera, las del año pasado, por ejemplo; o las de 2019, o las de 2017; o las del debut de este sistema de selección de candidatos, en 2011.
Recuerde el despliegue electoral en escuelas de toda la provincia; incluso, en las de alta montaña. Las autoridades de cada mesa; los pagos por haber dedicado su jornada dominical a ese acto comicial de alrededor de 12 horas; y el costo de su desayuno, de su almuerzo y de su merienda.
Recuerde la cantidad de papel involucrado en las PASO: padrones para autoridades de mesa y para fiscales de las fuerzas contendientes; boletas de cada una de las líneas, con su oferta de postulantes; afiches y volantes de propaganda.
Recuerde las urnas -con sendas actas y artículos de librería para las autoridades de mesa-; y la logística de su traslado hasta cada uno de los lugares de votación. El centro de cómputos, la empresa responsable de llevar adelante el conteo provisorio, con la contratación de un sitio web al cual podía acceder todo curioso.
Acaso no todos los ciudadanos llegaron a ver -o siquiera a saber de su existencia- los lugares donde se resguardaban las urnas hasta que finalizaba el escrutinio definitivo. Pero resulta fácil imaginarse que habrán debido ser de dimensiones importantes; al igual que la custodia de los votos, desplegada por las fuerzas de seguridad.
Las imágenes de sus recuerdos, lector, semejarán lo que se verá y se vivirá en el marco de una eventual interna abierta.
Si bien la legislación provincial expresa sin ambages que las internas de partidos o de frentes políticos deben llevarse a cabo de manera cerrada, mucho se habló en los últimos tiempos sobre la eventual “apertura” de estos comicios en Tucumán. Sobre todo a raíz de la decisión de la mesa nacional de Juntos por el Cambio (JxC), de que se aplique esa metodología como forma de dirimir candidaturas en aquellos distritos donde no se puedan definir por la vía del consenso.
Precisamente, Tucumán es una de las provincias en las cuales el diálogo parece estancado. Debido a ello, los dirigentes de las fuerzas que, sea de derecho o de hecho, forman parte de la alianza -Unión Cívica Radical (UCR), Partido por la Justicia Social (PJS), Propuesta Republicana (PRO), CREO, Democracia Cristiana y Coalición Cívica- empezaron a considerar seriamente la posibilidad de enfrentarse en una interna -cerrada o abierta, aún deben definirlo-, para resolver las candidaturas en toda la provincia.
Algunos números
Pero, ¿por qué una eventual interna abierta semejaría una PASO? Para estos comicios del año pasado, que se realizaron el 12 de septiembre, se dispusieron 3.761 mesas en 512 establecimientos de votación -escuelas y clubes-. De acuerdo al padrón, 1.267.045 ciudadanos estaban en condiciones de emitir su voto.
Una interna abierta contempla, como potenciales electores, aquellas personas afiliadas a la agrupación que lleva adelante esta elección -si se trata de un frente, los afiliados a cada una de las fuerzas que integran la alianza en cuestión-, más los ciudadanos independientes; es decir, los que no están afiliados a ningún partido político.
El padrón provisorio de Tucumán, al 26 de mayo del año en curso, incluye 1.285.383 electores, de acuerdo a datos proporcionados por la Junta Electoral Provincial. De estos, 319.980 se encuentran afiliados a algún partido político. Eso da un padrón de ciudadanos “independientes” de 965.403 potenciales votantes para la interna abierta que, en principio, contempla realizar la versión local de JxC.
Pero como a estos se deben sumar los afiliados a las agrupaciones que conforman esta alianza, el número es mayor. Según datos oficiales proporcionados por la Justicia Electoral Federal, la UCR cuenta con 50.407 afiliados en Tucumán; el PJS, con 9.528; la Democracia Cristiana, con 3.876; CREO, con 4.024, y el PRO, con 8.053 (no hay registros sobre afiliados a la Coalición Cívica).
En consecuencia, si JxC quisiera realizar una interna abierta en la provincia, debería considerar una logística para una elección con un padrón de 1.041.291 electores. Es decir, el 82,2% de la cantidad de ciudadanos que estuvieron habilitados para sufragar en las PASO del año pasado.
En otras palabras, las fuerzas que integran JxC en Tucumán deberían financiar y gestionar unos comicios similares a los de unas PASO. A modo de referencia, precisamente las primarias del año pasado costaron, solo para el distrito Tucumán, alrededor de $ 150 millones. Pero esta cifra no incluye el pago a fiscales; con que se presenten dos listas se precisarán 7.522 para que cada una cubra las 3.761 mesas. Solo hay que multiplicar aquella cifra por la cantidad de pesos que cobrará cada fiscal.
Y a todo esto hay que sumarle que luego, el 14 de mayo del año que viene, esta coalición deberá enfrentar la elección provincial, menguada económicamente y con los militantes perdidosos heridos.